Esta encíclica, a causado mucha polémica desde el momento de su publicación, pero es una realidad que hasta nuestra actualidad, y mas ahora, con la situación que se vive por el tema del aborto, sigue siendo una voz que se alza de entre toda esta sociedad, en contra de los sistemas que atentan contra de la vida.
NOMBRE LATINO: Humanae Vitae
NOMBRE ESPAÑOL: (latín: De la vida humana)
PONTÍFICE: Pablo VI (1897-1978), papa (1963-1978) que presidió la mayor parte del Concilio Vaticano II y dirigió la Iglesia católica en uno de sus periodos de cambio más importantes.
AÑO: Fue publicada el 25 de julio de 1968. Esta encíclica, que además incluyó el subtítulo Sobre la regulación de la natalidad, detalla la postura que tiene la Iglesia Católica hacia el aborto, los métodos anticonceptivos y otras medidas que se relacionan con la vida sexual humana. Debido al hecho que la encíclica prohíbe todo tipo de control artificial de la natalidad, su publicación resultó muy controvertida especialmente entre los católicos.
CONTEXTO
La religión cristiana ha prohibido métodos anticonceptivos y el aborto a través de una gran parte de su historia. La tradición se puede notar en el hecho que Clemente de Alejandría y San Agustín condenaron dichos métodos de control natal. No fue hasta 1930 (durante una de las primeras Conferencias de Lambeth) que la Comunión Anglicana cambió su parecer y permitió el uso de anticonceptivos bajo ciertas circunstancias. A partir de esa fecha numerosas denominaciones protestantes han aprobado el uso de métodos anticonceptivos artificiales ante ciertas circunstancias.
Como reacción a este movimiento, el Papa Pío XI escribió la encíclica titulada Casti connubii (sobre el matrimonio cristiano) en 1930. En dicho documento, el papa reafirmó que la iglesia Católica mantenía una prohibición de cualquier método artificial para prevenir el embarazo.
En la década de 1960 aparecieron los métodos de control natal administrados por vía oral. Muchas personas dentro de la iglesia Católica pidieron que se reconsiderara la posición de la iglesia ante la creación de nuevos métodos anticonceptivos. En 1963 el Papa Juan XXIII creó una comisión de teólogos para que estudiasen el dilema del control de natalidad. Cuando Juan XXIII murió, el Papa Pablo VI invitó a que más personas se añadieran a la comisión. Dicho grupo creó un reporte en 1966 que indicaba que el control natal artificial no tenía por qué ser visto como un mal y que las parejas católicas deberían de poder escoger entre los distintos métodos de planificación familiar. Aparte del reporte creado por la mayoría de los integrantes de la comisión, dos de los miembros crearon un reporte en el cual determinaron que la iglesia debía de mantener su posición tradicional. En 1967 los reportes fueron entregados a la prensa aun cuando se suponía que solo estaban destinados a ser vistos por el papa.
RECEPCIÓN.
La publicación de la encíclica llevó a que grupos de católicos desafiaran las enseñanzas de la iglesia, además ha sido criticada por las organizaciones que sostienen los métodos abortivos y anticonceptivos como herramientas para el control de la población y la lucha contra el sida.
Dos días después de que se publicó la encíclica, un grupo de teólogos rechazó abiertamente el enunciado. El grupo, liderado por el Rev. Charles Curran y que también trabajaba en la Universidad Católica de América, publicó su propio documento en el cual declararon que la conciencia individual de cada católico debía de prevalecer sobre un dilema tan personal.
Dos meses después, un grupo de obispos canadienses publicaron la Declaración de Winnipeg (originalmente Winnipeg Statement), ensayo que detalló que aquellos católicos que no aceptaran el enunciado no debían de ser excomulgados de la iglesia Católica y que una persona podría utilizar anticonceptivos siempre y cuando haya hecho un intento para aceptar las directivas de la encíclica.
El Papa Juan Pablo II respondió al argumento presentado por los obispos canadienses en la encíclica titulada Veritatis splendor. En dicho documento el papa reafirmó Humanae Vitae y aclaró que el uso de anticonceptivos artificiales no es una práctica aceptada por la iglesia Católica bajo ninguna circunstancia. La misma encíclica detalla el uso de la conciencia para determinar decisiones morales incluyendo el uso de anticonceptivos.
…”Se ha querido reafirmar, además, el carácter interior de las exigencias éticas que derivan de esa misma ley y que no se imponen a la voluntad como una obligación, sino en virtud del reconocimiento previo de la razón humana y, concretamente, de la conciencia personal.”
Recientemente ha surgido una nueva ola de pensamiento que apoya los pensamientos de la iglesia. Autores como Janet E. Smith, Scott Hahn y Mary Shivanandan han apoyado el razonamiento tradicional. El desarrollo de termómetros digitales más efectivos y mayor entendimiento del ciclo menstrual han permitido que los métodos naturales sean herramientas que permiten aplicar cabalmente el espíritu de la encíclica.
El Instituto Pontificio Juan Pablo II para estudios sobre el matrimonio y la familia, institución que tiene su sede en la Universidad Pontificia Lateranense de Roma, entregó el 13 de mayo el doctorado "honoris causa" a Kiko Argüello, iniciador del Camino Neocatecumenal por la acogida sin reservas de la encíclica profética de Pablo VI Humanae Vitae por parte de las familias del camino. Ha sido un auténtico testimonio para toda la Iglesia, mostrando que, más allá de nuestros miedos o de nuestras dificultades, es posible vivir como la Iglesia señala, como camino especifico de santidad de la pareja, si hay una comunidad viva que les acompaña.
PAPEL DE JUAN PABLO II
La última sección de Humanae Vitae contó con una fuerte influencia del obispo de Cracovia, Karol Wojtyła, futuro papa Juan Pablo II. El obispo Wojtyła defendió la posición tradicional de la iglesia desde un punto de vista filosófico en su libro Amor y responsabilidad, publicado en 1960.
Según se detalla en la biografía de Juan Pablo II escrita por George Weigel, Wojtyła había sido nombrado como uno de los integrantes de la comisión de Pablo VI. Sin embargo el obispo tuvo problemas ya que las autoridades comunistas de Polonia no permitieron que el obispo viajara a Roma para poder reunirse con el resto de la comisión.
Luego de ser nombrado Papa en 1978, Juan Pablo II impartió una serie de lecturas tituladas Teología del Cuerpo. En dichas charlas, Juan Pablo II detalló más a fondo las ideas que aparecieron en Humanae Vitae y en Amor y responsabilidad.
Juan Pablo II, el gran atleta y mensajero de Dios, un hombre carismático que se entrego por completo a la evangelización.
ResponderEliminarque esta ensiclica te halla servido para tu crecimiento personal y que hallas aprendido mucho sobre este documento que puedas comunicar este mensaje a los demás y que les enseñes lo que aprendiste.
ResponderEliminarQue buen trabajo con esta carta enciclica, Felicitaciones querido paisano...
ResponderEliminaresta enciclica es muy interesante para una buena catequesis donde podrás dar a conocer lo que aprendiste de ella
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